Del 21 al 26 de marzo, la Escuela Oficial de Idiomas de Alcalá de Henares me brindó la gran oportunidad de disfrutar de una movilidad a la ciudad de Helsinki, dentro del programa de acreditación Erasmus +. Ésta consistía en la realización de un curso llamado “Teaching Languages, Culture or Both? impartido por la academia de profesores “Europass”.
El día anterior al comienzo del curso, aterricé en esta pequeña pero a la vez hermosa ciudad. Helsinki tiene alrededor de 600.000 habitantes, aunque unidos a otros municipios pertenecientes a su área metropolitana, su población asciende a 1,4 millones en total. Por esta razón, comparada con otras capitales europeas, quizá sea una ciudad mucho más tranquila y menos bulliciosa de lo que se espera.
El finés y el sueco son las dos lenguas oficiales, estando presentes desde en el nombre de sus calles hasta en la enseñanza bilingüe de sus escuelas. Esto se debe a que Finlandia estuvo bajo la influencia de Suecia durante muchísimos años, manteniéndose todavía latente en muchas familias y barrios de la ciudad. Quizá un poco menos reseñable aunque también todavía bastante apreciable en diferentes edificios y zonas de la ciudad, sean los restos del dominio ruso en diferentes épocas de su historia.
Día 1
Mi curso comenzó la mañana del día 21 con una primera jornada de presentación, tanto de la formación en sí, como de los alumnos que formábamos parte de él. Los asistentes al curso fuimos trece alumnos pertenecientes a diferentes nacionalidades y áreas de docencia: tres profesores españoles de secundaria, de los cuales dos eran profesores de inglés y un profesor de geografía e historia en un instituto bilingüe; tres profesoras portuguesas impartiendo su propia lengua en un centro de extranjeros y por último, la parte más exótica del curso la formaban 6 profesoras provenientes de la Isla Reunión (Francia) impartiendo clases en un colegio de primaria para niños con bajos recursos. Nuestra profesora, Irena, era de nacionalidad albanesa aunque llevaba residiendo varios años en Helsinki.
Creo que esta diversidad cultural enriqueció nuestra experiencia, especialmente en un curso enfocado principalmente a ella. Aparte de las presentaciones y las típicas “team building activities”, en este primer día conocimos un poco más de la cultura finlandesa y como no, del tan afamado sistema educativo finlandés. Supimos de aspectos tan curiosos como que a final de curso los padres no reciben las notas de sus hijos, sino que solamente se les hace llegar una especie de registro con las destrezas que han alcanzado o que los alumnos realizan la mayoría de sus actividades al aire libre, independientemente de la temperatura que haga en el exterior (a veces incluso a 15 grados bajo cero).
Para finalizar la sesión, reflexionamos sobre el concepto de cultura y a qué llamamos cultura. Nuestra profesora planteó la distinción entre lo que conocemos como “Big C culture” and “Small C culture”. La cultura con “c” mayúscula se refiere al arte, la música, la historia, la literatura, etc., relacionadas con esa lengua y en la cultura con “c” minúscula estarían incluidas las tradiciones, las costumbres, los hábitos, el comportamiento de los hablantes de ese idioma, en definitiva.
Tengo que confesar que cuando comencé el curso, solo tenía la visión de cultura desde el
punto de vista de la “C” mayúscula, no era consciente de la importancia de la “c” minúscula.
Este curso realmente me ha ayudado a darme cuenta de que la competencia cultural debe ser
parte imprescindible de los objetivos programados y los contenidos que impartimos en el aula.
Podemos comparar la cultura como un iceberg en el que el idioma, la ropa, los objetos, los
comportamientos formen la parte visible y los hábitos, tradiciones, pensamientos,
percepciones, valores sean la parte no visible.
Día 2
En el segundo día, los alumnos participamos en una visita guiada por la ciudad. Nuestro guía,
Richard, es un inglés casado con una finlandesa con más de veinte años viviendo en la ciudad.
No solo nos mostró los lugares más interesantes desde el punto de vista artístico o histórico,
sino que tuvimos la oportunidad de preguntarle aspectos más específicos de la vida y del
carácter finlandés: curiosidades como que Finlandia tiene un servicio militar obligatorio, siendo
un país que no pertenece a la OTAN o que por ejemplo, tiene un alto número de alcohólicos,
protegidos por el gobierno con programas de desintoxicación, prestación y hasta el alquiler de
una vivienda gratuita.
Por la tarde, volvimos a nuestro aula para seguir profundizando en las características del
aprendizaje de una cultura. Debe ser un proceso de interpretación dentro de un aprendizaje
constructivo, que dé forma a las actitudes del alumno.
Consideramos la cultura como una
quinta destreza y como debe estar integrada de forma transversal en las otras cuatro
restantes.
Trabajamos el concepto de “estereotipo”, viendo un video en YouTube llamado “Cross Cultural
Communication” de Pellegrino Riccardi. No solo recomiendo su visión por ser un divertido
conferenciante sino porque también te hace reflexionar acerca de este concepto.
Como conclusión, en grupo estudiamos “critical incidents on cross-cultural communication”, es
decir, todas aquellas situaciones en las que surge un conflicto debido a que se mezclan
diferentes comportamientos desde el punto de vista cultural.
Día 3
Esta sesión estuvo dedicada a los objetivos y principios para enseñar una cultura y como, en
esa andadura, podemos encontrar problemas como el tiempo (debido a que muchas veces
tenemos un apretado currículo), el miedo del profesor a no poseer suficiente conocimiento o
simplemente una actitud negativa por parte del alumno.
Nuestra profesora nos planteó diferentes técnicas y actividades para hacer del aula el sitio
idóneo para este tipo de aprendizaje.
Podría mencionar un par de ellas: desde la más simple,
conocida como “culture aside”, en ella el profesor simplemente hace un aparte dentro de la
clase, para hacer un breve comentario informal y explicar este aspecto cultural. Otras pueden
ser más elaboradas como crear una “isla cultural” dentro del aula con materiales auténticos
(posters, mapas, realia, etc) incluso hablantes nativos que el profesor conozca y así crear una
presencia visual y tangible de la otra cultura.
Acabamos la sesión con actividades prácticas para examinar patrones del día a día y el
comportamiento cultural. Aquí la profesora planteó analizar el concepto del tiempo y la
puntualidad que tan diverso es en diferentes culturas, así como un ejercicio práctico sobre el
concepto de vida privada y vida pública, es decir, qué aspectos de tu vida pueden ser públicos
o privados en las diferentes culturas de los alumnos que formábamos parte del curso.
Día 4
Esta jornada estuvo dedicada a la competencia intercultural. Nuestra profesora explicó dos
modelos diferentes: el modelo de Deardorff y el modelo de Hofstede.
Como ejemplo paso a describir el primero de ellos. El modelo que plantea Darla Deardorff está
basado en cinco elementos o pasos : actitud (respeto, apertura, curiosidad y descubrimiento
hacia esa cultura), conocimiento, destrezas (escuchar, observar y evaluar para analizar,
interpretar y relacionar los elementos culturales), resultado interno (adaptabilidad,
flexibilidad y empatía) y por último, resultado externo (comunicación efectiva y apropiada)
A partir de ahí, llegamos hasta el concepto de “choque cultural” y conocimos diferentes
herramientas para abordarlo estudiando “critical incidents”.
De aquí podría mencionar la técnica del Radar con los siguientes pasos: 1º reconocer la
dimensión cultural, 2º analizar el malentendido, 3º decidir qué opciones están disponibles, 4º
actuar sobre la mejor opción y 5º revisar lo que ha sucedido.
Día 5
El último día del curso estuvo dedicado a los materiales y recursos que podemos emplear para
enseñar la cultura asociada a determinada lengua: textos de diversos tipos, ya sean creados
por el propio profesor, auténticos o semi-auténticos (adaptados al nivel del alumno), vídeos,
películas, canciones, podcasts, aplicaciones, etc.
Este mismo día se hizo la entrega de diplomas y la despedida de todos sus participantes.
Como conclusión, me gustaría señalar que para mí este curso ha significado una nueva
perspectiva a la hora de enfocar mis clases, creando consciencia de la importancia de la
enseñanza de la cultura como parte intrínseca del aprendizaje de las lenguas.
Me gustaría finalizar con una frase que la profesora mostró en la pizarra con el objetivo de
hacernos reflexionar sobre esto último:
“The person who learns a language without learning culture risks becoming a fluent fool”
(La persona que aprende una lengua sin aprender su cultura se arriesga a ser un tonto con
fluidez).
Inma Cotillo, EOI de Alcalá de Henares
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