Curso Erasmus + sobre
la Inteligencia Artificial aplicada a la Enseñanza, en Ámsterdam.
Este agosto tuve la
oportunidad de hacer el curso Erasmus + “IA para profesores de idiomas” en la
preciosa y multicultural ciudad de Ámsterdam. Éramos siete profesoras y un profesor de Alemania, Eslovaquia, Hungría, Alemania, Francia, Italia y España,
que supimos conectar desde el primer día y que compartimos experiencias
culturales muy enriquecedoras durante toda la semana.
Foto 1: Con mis siete compañeros en clase. Foto hecha por la profesora, Diana.
El curso estaba muy bien
estructurado y nos permitió descubrir diversas aplicaciones innovadoras que
pueden facilitar la enseñanza en múltiples niveles. Analizamos, por ejemplo, plataformas como Magic School, que es una de las más completas para
profesores con una amplia gama de posibilidades, desde corregir redacciones y dar
feedback hasta redactar cartas para los
padres o alumnos; y otras más pequeñas pero igualmente útiles, como Gamma
para presentaciones escribiendo tan solo un prompt; Giglish para tener
conversaciones con un asistente virtual;
Diffit , para simplificar la lectura de textos
para estudiantes o Padlet , para crear muros o tableros
digitales colaborativos para compartir contenido multimedia (texto, imágenes,
videos, enlaces, etc.) de forma visual e interactiva.
La variedad era
impresionante pero lo mejor de todo fue comprobar cómo estas aplicaciones ya
están transformando la manera en la que entendemos el proceso de
enseñanza-aprendizaje.
Dado que la excelente
profesora que tuvimos, Diana Chavez, era Licenciada en Antropología y
derrochaba inteligencia emocional a raudales, hizo que cada minuto fuera
valioso; y también hubo espacio para la reflexión crítica. Uno de los aspectos
más interesantes del curso fue la discusión sobre el impacto medioambiental de
estas tecnologías. Muchas veces se nos presentan como sin coste aparente, pero
la realidad es que detrás de cada consulta o cada interacción con estas
aplicaciones, se esconden enormes centros de datos que consumen cantidades
ingentes de energía y, lo más sorprendente, toneladas de agua dulce para su
refrigeración. Este dato generó un debate muy profundo entre los asistentes, ya
que nos obligó a pensar en la sostenibilidad de un uso cotidiano e
indiscriminado de la IA.
Foto 2: Con mis compañeros delante de la Estación Central. Foto hecha por
un transeúnte muy amable.
Culturalmente, el curso
fue muy enriquecedor ya que Ámsterdam es una ciudad cosmopolita y multicultural,
ya que el 59%
de la población tiene antecedentes migratorios. Aunque el
idioma oficial es holandés, la población habla un inglés muy fluido y te
entiendes perfectamente en cualquier restaurante, museo o tienda. De hecho, es una
de las ciudades europeos donde mejor se habla la lengua franca, según mi
experiencia.
Foto 3: Con mis compañeros delante del museo Naval. Foto hecha por Suzanne, de Alemania.
En resumen, la semana ha
sido muy fructífera a todos los niveles. El buen ambiente que había en clase se
trasladó fuera de ésta: hicimos excursiones juntos, compartimos “sobremesas” (la
comida era un sándwich frío), vinos con vistas a los canales, visitas a museos,
pic nics… todo con un tiempo soleado la mayoría de los días, lo que es bastante
inusual en los Países Bajos.
Ha sido una inmersión Erasmus
100% porque todos pusimos de nuestra parte. Nos hemos enriquecido con las
diferencias y similitudes que hay en cada país de nuestro continente; y he
vuelto con la sensación aún más fuerte de ser una afortunada por haber nacido
en la Unión Europea y por haber vivido una auténtica experiencia Erasmus.
Por último, quería
agradecer a la EOI de Alcalá de Henares por haberme brindado la oportunidad de
hacer un curso tan beneficioso y didáctico, y que seguro que pondré en práctica durante mi docencia.
Foto 4: Con nuestra profesora, Diana Chávez, mis compañeros. Foto hecha por Yara de la Academia Molinos de Viento.
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