VIAJE A LE MANS, EXPERIENCIA DE MARTA PASCUAL MARZO
Domingo, 4 de Diciembre: Aterrizamos
Nuestro primer día fue sirvió como una toma de contacto con el grupo y con el país al que
íbamos a visitar. Madrugamos mucho (¡a las cuatro en pie!) pero valió la pena. Volamos desde
Alcalá hasta Nantes, donde cogimos un tren camino a Le Mans. Todo ese recorrido nos sirvió al
grupo para conocernos entre nosotros y romper el hielo. Estoy muy agradecida de haber
tenido a mis compañeros para arrancar con el idioma, ya que varios de nosotros no hablamos
francés.
Cuando llegamos a Le Mans comimos todos juntos, y aprovechamos la tarde para divertirnos,
conocer la ciudad y quitarnos un poco de frío (gracias al vino caliente, las infusiones…)
¡Menuda manera de calentar motores para el resto de la semana!
Lunes, 5 de Diciembre: ¡A conocer el Lycée Le Mans Sud!
Para atender nuestras clases nos dividimos en parejas, así que además de en el hotel ¡tuve la
suerte de compartir aula con mi novio!
Nada más llegar al centro, nos acogieron las profesoras del departamento de Erasmus, y nos
ayudaron a orientarnos con nuestro horario. Durante nuestra primera mañana tuvimos cuatro
clases diferentes: una de alemán y tres de inglés. A pesar de no hablar el idioma, la clase de
alemán nos sirvió a Alex y a mí para ‘entender’ sus bases, y al final del día conseguimos hacer
los ejercicios de clase nosotros solitos… ¡qué mayores! Me sorprendió también la ratio de
alumnos del instituto, ya que las clases solían contar con aproximadamente 15 alumnos por
profesor.
Durante las clases de inglés vimos tres dinámicas y temáticas diferentes. Durante la primera, pudimos ayudar a los alumnos a organizar un debate sobre la libertad de elección de estudio de los adolescentes. ¡Ojalá haber estado otra semana para ver los resultados! Durante la segunda clase conocimos un inglés más técnico, con alumnos más mayores que nos permitió observar los estudios técnicos del Lycée.
Por último, los alumnos de la última clase nos
conocieron un poco, y nos hicieron competir en un divertido Trivial sobre cultura
cinematográfica. Aún tengo esa asignatura pendiente…
A la hora de la comida comimos todos los compañeros juntos en el Lycée, y durante la tarde nos hablaron del sistema educativo francés.
La profesora Perrine nos enseñó todas las instalaciones del Lycée, desde las comunes hasta las curiosas, y nos contó el día a día de los alumnos allí.
Fue muy enriquecedor ver que los jóvenes allí podían estudiar de todo (desde
mecánica hasta artes del circo) y formarse en todos los sentidos.
Terminamos el día con una cerveza y una cena todos juntos, a recomendación de Sofía.
Martes, 6 de Diciembre: De coches e historia.
El equipo de Le Mans Sud y sus alumnos hicieron un esfuerzo enorme para enseñarnos las
instalaciones del Circuito de Le Mans en las que los alumnos de mecánica eran aprendices.
Personalmente, no soy muy cercana al tema coches y motos, pero me sorprendí a mí misma
estando muy interesada en lo que los alumnos nos enseñaban: modelos, premios,
herramientas, talleres… Desde lo más general hasta lo más curioso. Hasta que no lo ves, no
conoces la cantidad de trabajo que hay detrás de estas profesiones.
Además, los alumnos se
esmeraron mucho en contárnoslo en inglés, y aunque no fuera su idioma materno, se notaba
la pasión con la que lo vivían. Para terminar la mañana, compartimos un aperitivo todos
juntos, y el equipo de Le Mans Sud nos dejó en el centro de la ciudad para nuestra siguiente
visita.
Por la tarde, el equipo de Historia de Le Mans Sud nos llevó a conocer el casco histórico y la
historia de la ciudad. Desde la Catedral, pasando por las calles restauradas, las murallas
romanas y el museo de historia, nos permitieron comprender todo lo que había vivido la
ciudad. Como Humanista, y como Gestora Cultural, me sirvió para entender la ciudad a la que
había llegado, y la manera en la que los propios ciudadanos la concebían.
Finalmente, después de descansar un ratito, volvimos a juntarnos para cenar algo calentito.
Miércoles, 7 de Diciembre: De Le Mans a París
En nuestro siguiente día de clases Alex y yo compartimos tres horas de inglés, español, y
alemán. La clase de alemán continuó aportándonos lo mismo que la anterior; por otro lado,
tuvimos la suerte de estudiar español e inglés con el mismo grupo durante esa mañana. En la
clase de inglés los alumnos nos conocieron un poco personalmente, eligiendo ellos qué
preguntar según sus propios intereses. Por otro lado, en español les ayudamos a escribir
historias cortas en pequeños grupos, para después hacer un concurso.
¡Algunos de ellos nos
utilizaron como protagonistas! Otros protagonistas fueron una secta de abuelas, un dragón, un
mago o Papá Noel. Encajamos muy bien con este grupo de alumnos, y nos divertimos juntos
durante las clases. Me sorprendió lo abiertos y participativos que eran, y las dinámicas basadas
en la creatividad y en la libertad del alumno. En general, fue una experiencia muy
enriquecedora.
Alex y yo comimos en el hotel, y por la tarde algunos aprovechamos la corta distancia para
acercarnos a París. Más allá de la experiencia de turista cultural, y la experiencia personal
como pareja, conocer París me sirvió para comparar con Le Mans, y ver la diferencia entre la
capital y la pequeña ciudad. Aunque disfruté mucho en París, si tuviera que elegir, preferiría
vivir en Le Mans, ya que es más acogedora y los habitantes están muy abiertos a conocer gente
de fuera.
Jueves, 8 de Diciembre: De encuentros
En este día apenas tuvimos dos horas de clase, que consistieron en Literatura Inglesa y EMC
(una asignatura similar a ética). La clase de Literatura Inglesa se daba en inglés, y además de
conocer temas teóricos, los alumnos estudiaban principios de la traducción literaria,
conocimiento que considero muy relevante para estudiar y comprender cualquier tipo de
literatura. Además, se notaba el interés de los alumnos en participar y en el tema dado.
Por otro lado, en EMC coincidimos con Alberto y Nerea, que nos ayudaron a comprender la
clase a Alex y a mí, ya que estaba en francés. Aunque personalmente no coincido con la
perspectiva y dinámica educativa que se daba sobre la ética, creo que en el aula se realizaron
comparaciones muy interesantes entre la historia jurídica de Francia y la de España. También
aprecié mucho la cooperación entre el grupo para entender tanto el idioma como el temario,
ya que creo que entre los cuatro conseguimos adaptar la clase para que nos resultara
enriquecedora para todos.
Comimos allí, y por la tarde paseamos por el centro, y nos atrevimos a probar la pista de
patinaje sobre hielo, que tenía unas vistas maravillosas a la Catedral. Allí, Alex y yo tuvimos un
encuentro muy agradable con una niña que estaba aprendiendo español, y quiso practicar con
nosotros.
Entre todos, por la noche encontramos un restaurante para cenar comida típica de la región, y
cenar como grupo. Como ya fue costumbre en Le Mans, nos divertimos todos mucho juntos.
Viernes, 9 de Diciembre: ¡Esto se acaba!
Nuestro último día en el instituto comenzó con una clase de español, en la que Alex, Alberto y
yo presentamos los temas típicos españoles/alcalaínos que traíamos preparados de casa. Creo
que fueron presentaciones variadas, en las que incluso yo pude aprender de mis compañeros.
Además, los alumnos, a pesar de las dificultades del idioma, se involucraron en los temas y con
nosotros. Las siguientes dos horas fueron de clase de Enseñanza Tecnológica, enfocada a la
Física y la Química en inglés. Aunque no es mi asignatura preferida, me sorprendió lo
entretenida que resultó la clase. Las dinámicas eran prácticas, enfocadas a la creatividad y a la
aplicación profesional. Se respiraba muy buen ambiente, y los profesores (¡dos profesores para
menos de diez alumnos!) estaban muy involucrados. Además, usaron material de apoyo
audiovisual, y dinámicas lúdicas, intentando enseñar a estudiar y a revisar a los alumnos para
sus exámenes. En general, disfruté mucho de esa clase.
Antes de salir del instituto, nos despedimos de los profesores, que nos invitaron a volver
personalmente con ellos cuando quisiéramos ¡Qué saudade!
Alex y yo salimos antes que nuestros compañeros, así que comimos juntos y utilizamos la tarde
para comprar recuerdos y pasear. Además, pudimos conocer el cat-café de la ciudad y
tomarnos un chocolate tranquilitos con Nerea y Daira.
Después, Sol nos regaló una clase de portugués intensivo, fabricando materiales de lo
disponible en el hotel. Finalmente, por la noche, volvimos a cenar al restaurante anterior con
algunas profesoras del Lycée, que nos trajeron detalles. Nos divertimos (por última vez) todos
juntos cenando, y algunos aprovechamos en el hotel para jugar a las cartas antes de subir a
dormir.
Sábado 10: Tres ciudades en un día
El sábado salimos un poco más tarde de lo normal del hotel, y cogimos un tren para Nantes.
Alberto, Sebastián, Alex y yo nos pasamos el viaje hablando, y al llegar a Nantes todos
aprovechamos la mañana para callejear por el centro y conocerlo. Llegamos pronto al
aeropuerto, y después de la rigurosa partida de cartas, cogimos el avión de vuelta.
Ya en España nos despedimos prometiéndonos vernos en un futuro, y volvimos a casa para
descansar y asimilar lo vivido.
Como conclusión, el principal elemento positivo que destacaría es el humano: tanto el grupo
de personas que coincidimos, como los alumnos y profesores del centro convivimos juntos
tranquilamente, y llegamos a divertirnos mucho. A nivel idioma, destacaría la flexibilidad que
este tipo de viajes proporciona para aprender un idioma extranjero, así como las herramientas
de resolución de problemas que desarrollas a lo largo de la semana. Sin duda alguna
recomendaría la experiencia, y si pudiera, la repetiría.
Marta, estudiante de inglés y portugués