Todo comienza de nuevo aquí, en el preciso instante en el que hago una pausa y me asiento en el cuerpo, entregándome a una respiración pausada y profunda. Me dispongo a evocar la experiencia vivida en Madeira y hago conciencia del movimiento, en forma de suaves y cálidas olas, que comienza a activarse en mi interior.
Empapada aún de entusiasmo y agradecimiento, visualizo estas emociones en los cuadrantes de Activación de energía alta (High Energy/Active) y sensaciones agradables (Pleasent sensations), respectivamente.
La autoestima comienza, así, con la escucha profunda y la toma de conciencia de lo que se está moviendo dentro. La aceptación, la validación y el respeto por nuestros valores más íntimos son el punto de partida para salir al mundo y concretar, dar estructura y sentido a nuestro impulso vital. Desplegamos lo que somos y lo orientamos al colectivo. Por ello, resulta tan esencial que esa ACCIÓN y esa inclinación al TENER estén alineados con nuestros más íntimos valores (MOTIVACIÓN DEL SER), ya que, de no ser así, somos más propensos a ser magnetizados y llevados por un oleaje de estímulos externos que nos alejan de lo que tiene sentido y valor en nuestro fuero interno.
Este esquema (ser-hacer-tener) fue maravillosamente encarnado en el propio desarrollo del curso y la manera en que fuimos conectando todos los participantes dos semanas antes del comienzo oficial del mismo. Nuestra tutora y capitana, Cláudia Nóbrega, nos invitó a presentarnos a través de un “Connection board” (padlet). En ese espacio virtual fuimos intercambiando información sobre asuntos vitales para nosotros: vocación como profesores, motivaciones, valores, anhelos… A partir de ahí todo vino rodado, de manera que cuando nos encontramos en clase el primer día, nuestros rostros reflejaban brillo, alegría, disposición a la exploración y al descubrimiento. Ya habíamos conectado, incluso algunos ya nos habíamos encontrado para conocer juntos algunos rincones de Madeira, un espacio cuasimítico en mi imaginario, por lo que ha significado para todos y cada uno de nosotros.
La isla nos invitaba a explorar en varios planos simultáneamente: en lo externo, impresionantes acantilados; bosques misteriosos de laurisilva, evocadores de tiempos antiguos y primitivos; plantaciones de bananas de sabores únicos; la riqueza de flora y el colorido tan cautivador del paisaje… ¡Impresionante espectáculo de vida por doquier! En lo interno, movimientos de emociones, sentimientos, vislumbres de intuiciones, insights, comprensiones que invitaban a resignificar nuestro propósito y vocación como profesores al tiempo que íbamos descubriendo valores nucleares que han estado siempre ahí, pero que necesitaban ser redescubiertos y mirados con ojos nuevos; como una revelación de algo básico, sencillo y natural, pero tal vez olvidado en los terrenos de lo automatizado e inercial.
La cantidad de actividades para energizar, focalizar y activar la presencia y, por ende, la conciencia de lo que ES ha sido nutritiva, útil y esencial para mostrarnos que somos ya una “alta tecnología humana”, con un potencial ilimitado para dar espacio y reconocer desde la conciencia cualquier información que emerja en nuestro interior y transmutarla a nuestro favor. Awareness.
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